domingo, 23 de octubre de 2011

CUARTO DÍA, LUNES 25 DE JULIO DE 2011

Nos levantamos a las 8:30 y desayunamos, como siempre un día soleado con un poco de frescor. Salimos hacia Salamanca, sin prisa pero sin pausa como se suele decir. Hemos venido a pasar un fin de semana, aprovechando que hoy Lunes es festivo en Galicia. Aunque marchamos hoy, el encargado del camping me dijo que podíamos salir, sobre las 12 ó 13 ó 14 horas... en fin que pagara antes de las doce y luego que lo hiciera lo antes posible. Con respecto a Caminha es una pega, ya que marchase tan temprano supone perder todo el día. Pero nosotros estamos a cinco horas de casa, por lo que el tiempo nos hace falta.
Nuestra primera visita la Plaza Mayor, compramos pan y un hornazo de 5,50 €, para comer.
Inma se acordó de que los lunes se entra gratis en la Universida, por lo que hacia allí nos fuimos. Resultó una visita muy interesante, ver las aulas, oyendo las explicaciones de los guías que se han dado cita en un lugar tan pequeño y a la vez tan grande.
En el aula de Fray Luís de León, todavía se conservan los bancos originales de las clases, visitamos el paraninfo...biblioteca...aula de Miguel de Unamuno, etc...
Es curioso lo que uno llega a enterarse, al mirar un poco el tema y comprueba que la Universidad de Salamanca, concebida según las Siete Partidas de Alfonso X el Sabio como «ayuntamiento de maestros y alumnos», se organizó, conforme al espíritu medieval, a modo de corporación autogestionada, independiente de la ciudad y del cabildo catedralicio, participativa y celosa de sus privilegios. Disponía de sus propias reglas y hasta de sus propias instituciones penales. El rector podía ser (hasta finales del siglo XVIII) un estudiante elegido por los miembros de la corporación, si bien la concesión de los grados académicos correspondía a autoridades como el maestrescuela o el canciller. Las cátedras se asignaban por cooptación, mediante oposiciones públicas acompañadas a veces de asambleas tumultuarias no exentas de aplausos, abucheos y reyertas, como las descritas por Diego de Torres Villarroel.

Los ingresos de la Universidad provenían en gran parte de las rentas de la diócesis, por lo que los obispos ambiciosos duraban poco en ella pidiendo el traslado a diócesis con mejores rentas. Ello llevó a que muchos de los obispos de Salamanca fueran gente muy preparada intelectualmente e interesados en la Universidad, siendo a menudo, además, catedráticos y hasta rectores de la misma.

Los estudiantes acudían a las clases con un traje talar y un birrete (uniforme procedente de los antecedentes como escuela diocesana). Cuando obtenían la licenciatura se ponían un borlón encima del birrete, del color de la facultad en la que habían obtenido el título (azul para ciencias, encarnado para leyes, amarillo para medicina...). Si se licenciaban por más de una facultad, en el borlón se mezclaban los colores correspondientes. Al doctorarse añadían al birrete unos flecos del color de la facultad donde se doctoraban. Los profesores llevaban además la muceta, especie de capilla corta, también de color. Este atuendo ha sido copiado actualmente por el resto de las Universidades de España, aunque sin demasiado rigor en cuanto al sentido de cada uno de los símbolos y de los colores.

Mientras estudiaban, los colegiales llevaban una banda de paño con el color y el escudo del colegio mayor o menor al que pertenecían. Se llama la beca. No todos los estudiantes eran colegiales: muchos se adscribían a conventos y otros vivían en casas particulares, a veces en régimen de pupilaje. Los estudiantes pobres se alimentaban a menudo de la sopa boba, que daban en los conventos: era una sopa alimenticia, pero sin sabor gustoso, de ahí el nombre. Se distinguían porque llevaban en el frente del bicornio una cuchara, y les llamaban «sopistas». Los Colegios Mayores, fundados inicialmente para acoger estudiantes con escasos medios económicos, terminaron por convertirse en reductos oligárquicos que, incluso, llegaron a establecer estatutos de limpieza de sangre. Entonces a su vera se construyeron hospederías para los pobres. Los estudiantes que no pertenecían a los colegios fueron denominados «manteístas».

En una Universidad, la culminación de los estudios es la obtención del título de doctor, al que en buena parte de la historia del estudio salmantino (desde el siglo XVII) muy pocos optaban a causa de lo oneroso de la celebración, conformándose con el grado de Bachiller, Licenciado o Maestro. En Salamanca, el doctorando velaba los libros durante una noche en la capilla de Santa Bárbara del claustro de la catedral vieja, preparando su defensa. A la mañana siguiente entraba el tribunal, así como cualquier otro doctor que quisiera intervenir, y se sentaba en los bancos de alrededor. Las discusiones eran enconadas, pues se trataba de poner en aprietos al doctorando.
Obtenido el doctorado, empezaba la costosísima celebración. El doctorando (que en algunas épocas venía obligado a invitar al claustro a un pantagruélico banquete y a patrocinar festejos públicos que a veces incluían corridas de toros) regalaba unos pastelillos a los miembros del tribunal y sus compañeros pintaban un vitor, como el de la figura, en cualquier fachada en la que encontrasen un hueco (del mismo modo que ahora se pintan los grafitti). Cuando el doctorado era de ciencias, el pigmento utilizado era sangre de toro, cuando era de letras, pigmentos vegetales, pero siempre de color encarnado.
Este símbolo fue utilizado políticamente durante el franquismo, pues desde la Ley Moyano de 1857, hasta 1953, la única Universidad que expedía títulos de doctor era la Central (la de Madrid) y, por lo tanto, al llegar la guerra civil llevaba 80 años en desuso. A partir de 1954 volvió a utilizarse para los doctores, aunque de tamaño reducido y en sitios muy delimitados.

En la actualidad, una de las ceremonias más llamativas, recuperada tras la celebración del VII Centenario, es la investidura de nuevos doctores que tiene lugar en la festividad de Santo Tomás de Aquino. En ella, como cuando tienen lugar otros actos académicos solemnes, se forma un vistoso cortejo de profesores y autoridades universitarias que ingresan en el Paraninfo tras un breve recorrido a lo largo del claustro de las Escuelas Mayores. El cortejo va precedido de maceros y chirimías con los profesores de las diferentes facultades alineados en dos filas y vestidos con el traje académico compuesto, desde la homogeneización del XIX, de toga negra con puñetas, de muceta del color de las respectivas Facultades y birrete con un borlón del color de la facultad donde había obtenido la licenciatura y flecos del color de la facultad donde se le doctora; si tienen más de una licenciatura, los colores se mezclan en el borlón y lo mismo pasa con los que tienen más de un doctorado, incluso los doctorados Honoris Causa, que se mezclan los colores en los flecos; el traje académico del Rector, que, con su vara simbólica de autoridad, cierra el cortejo, es completamente negro. En épocas pasadas, los estudiantes, que no tenían título, llevaban túnica sin muceta y el birrete sin borlón ni flecos; los licenciados, no doctores, no llevaban flecos en el birrete.
Se sigue un riguroso orden el en cortejo: primero las Escuelas Universitarias, después las Facultades; las Facultades de fundación más reciente preceden a las más antiguas. Así, Ciencias Ambientales y Traducción, tras las Escuelas Universitarias, son las primeras en el cortejo. Las siguen Ciencias Sociales, Economía y Empresa, Bellas Artes, Psicología, Farmacia, Medicina, Derecho, las Facultades de Ciencias y las Facultades de Letras, que anteceden a los Vicerrectores y Rector. Todas las ceremonias Universitarias son presididas por el Rector, que no ha de ceder la presidencia a nadie, excepto al Rey de España. Se dice que los doctores del estudio salmanticense tenían el privilegio de permanecer sentados y cubiertos en presencia del Rey, como los Grandes de España.

Los colores eran: azul celeste para Letras, azul turquí para Ciencias, rojo para Derecho, amarillo para Medicina y púrpura para Teología (posteriormente se han añadido: morado para Farmacia, naranja para Ciencias Sociales y Económicas, verde para Ciencias Ambientales, castaño para Ingeniería, rosa para Psicología y blanco para Bellas Artes). Los Estatutos de la Universidad de Salamanca estipulan que el traje académico de la Universidad "será el tradicional"; con ello se alude a la túnica y capa características anteriores a la homogeneización de los trajes académicos españoles con la adopción de la toga jurídica. No obstante, se permite el uso de esta última, que es la que se emplea generalmente. El traje académico de los doctores se completa bien con la medalla simplemente doctoral, bien con la profesoral, los guantes blancos y la pajarita blanca. Se admite que, sobre las puñetas, la toga incorpore vivos del color de la Facultad, si bien ello no forma parte de la tradición salmanticense. En los cortejos académicos de la Universidad de Salamanca prevalece, entre los miembros del claustro, el color de la Facultad en las mucetas sobre el del doctorado propio.
Luego nos fuimos a ver una Iglesia que nos la hemos encontrado cerrada las veces que fuimos y que tenía interés en ver, se trata de San Martín.

TERCER DIA, Domingo 24 de julio de 2011

Nos levantamos a las 8:30. Aunque la mañana está fresquita, desayunamos al sol. Después de desayunar, toca dientes y salimos sobre las 10:30. Aparcamos en el mismo sitio y paseamos por Salamanca, pasando por la plaza Mayor, los niños se tomaron un helado en su sitio preferido, de Leche Merengada...claro...y compramos un pan muy rico para el bocata del mediodia.
El embutido lo compramos en Mulas, chorizo de Salamanca y una cuña de queso, rica, rica...y como comemos por los ojos, un hornazo relleno de lomo, chorizo, jamon serrano...muy rico por cierto. Pero nos resultó un poco grasiento.
De postre compramos cuatro pastas...¡¡¡carísimo¡¡¡...4.35 euros... en la famosa tienda de "Cure Gurmande", como la vimos en brujas decidimos repetir. Es una tienda precisa (todas son iguales), con pastas riquísimas.

Bueno debemos confesaros que en Mulas no nos cobraron el chorizo, así que ahorramos 3,60 euros y con eso....

Entramos a visitar un par de Iglesias y nos fuimos en dirección al puente romano, con una temperatura muy buena. Esta zona es de recreo, hay mucha gente paseando, haciendo deporte, en bicicleta.
Toca llenar la barriga, por lo que nos fuimos a tomar una cervecita con un montadito con setas al Bambú. Luego a tomar nuestra comidita a nuestro sitio preferido, el huerto de Calixto y Milebea. El pan riquísimo y el embutido de primera calidad. Nos tomamos de postre, las pastas de super-lujo.
Nos tomamos unas ciruelas de huerto.
Descansamos un poco y nos fuimos a visitar la catedral. Son las 15:30 y el sol aprieta de lo lindo. Fuimos a ver si encontrábamos el astronauta en la facha de la Catedral...

Toca ir de compras, llevar algún regalito...taza del barca para Álex y dos sudaderas de la Universidad de Salamanca, una roja para Álex y una rosa para Marta. Después de callejear, volvimos al Camping, para darnos un baño en la piscina que apetecía mucho, mucho.
Luego duchita en agua caliente, para arreglarnos y salir a cenar (tapear en spanish). Esta vez nos quedamos en la zona centro, en los lados de la plaza Mayor, primero tapa de patatas, huevo y gulas y pincho moruno, todo bañado con cerveza. Éstas dos tapas son las más típicas.

Luego tocó niños, por lo que nos fuimos al McDonalds a coger dos McMenú y nos fuimos al centro de la Plaza a comerlo. Luego tocó de nuevo a los mayores y nos fuimos al Bambú y tocó pincho de morcilla (bastante insipido)y por último nos volvimos al mismo bar de antes y repetimos la de gulas y una de bacalao con pisto. Deciros que todo muy rico y eso que ya era casi última hora. El precio, no tiene nada que ver con A Coruña, aquí vale 2€ pincho y cerveza.

Nos volvimos al camping sobre las 12:00. Acostar a los niños y tomarnos un chupito de anís (por lo de la digestión), que mañana toca más...

sábado, 24 de septiembre de 2011

SEGUNDO DIA, sábado 23 de julio de 2011

Nos levantamos sobre las 8:30, fuimos a comprar el pan al super y desayunamos delante de la caravana al sol. Ya os dije que por la noche refresca y es un poco temprano, por lo que tampoco es que haga mucho calor. Duchas y camino a Salamanca.
En el camping había una caravana pequeña de un matrimonio mayor de suizos, que tenían una caravana muy bonita.

Son las 10:00, fuimos en coche ya que el camping está a 4 km de la ciudad. Aparcamos en la glorieta de Brujas, casi al lado del huerto de Calixto y Melibea. Al final resultó un sitio fenomeno y repetimos todos los días, y a 600 metros del centro.
Subimos paralelos a las antiguas murallas de la ciudad, en dirección al centro.

Por la calle Palomino se llega directamente a la casa de las Conchas y a nuestra primera parada que es como siempre la oficina de turismo.

Con un mapa de la ciudad, la hemos dividido en varias zonas. Habíamos cogido en la biblioteca varias guias, por lo que la visita la teníamos preparada. Para el viaje nos hemos traido una, os recomiendo la visita a la biblioteca, donde podéis encontrar siempre una guia y además permite viajar con ella.

Nuestra primera visita es La Casa de las Conchas de Salamanca es un edificio de estilo gótico y elementos platerescos.
Su construcción se inicia en 1493. En el interior destacan el patio con arcos mixtilíneos, la escalera y el artesonado.

El estilo gótico tardío se combina con los nuevos aires del plateresco renacentista. Comienza a construirse hacia 1493 y su edificación concluyó en 1517. Hacia 1701 la casa se repara y amplía, apareciendo la fachada que da hacia la Rúa. Fue después cárcel del estudio, es decir, cárcel de la Universidad. En 1929 se declara Monumento Nacional. En 1967 es cedida al Ayuntamiento de Salamanca, mediante un contrato de arrendamiento por un valor simbólico de una peseta anual durante noventa y nueve años. En 1970 el Ministerio de Cultura se subroga al acuerdo y sigue con el arrendamiento. Desde 1993 y tras una larga restauración, alberga en su interior una Biblioteca Pública del Estado. En 1997 su propietario, el Conde de Santa Coloma, la entrega a la Junta de Andalucía como pago de impuestos. En 2005 la Junta de Andalucía la permuta por otro edificio con el Estado, su actual propietario.

Su visita es gratis y lo que más llama la atención y genera más controversia es el porqué de la elección de las conchas como elemento ornamental. Algunos autores lo ven como una muestra de orgullo de los Maldonado por pertenecer a la orden de Santiago, aunque como aperece la cruz de Santiago en otros lugares de la fachada, quizás sería demasiado reiterativo tantos elementos haciendo referencia a la Orden. Otros autores señalan que la repetición de las conchas, símbolo nobiliario de los Pimentel, fue una muestra del amor que sentía Don Rodrigo Arias, hijo de Rodrigo Maldonado, por su esposa Doña Juana. Sí que es muy probable que fueran un añadido posterior, hecho durante la reforma decorativa que llevó a cabo Rodrigo Arias en el siglo XVI, ya que no se encuentran talladas en los sillares, sino que se adosan al muro mediante ganchos de hierro.

Posteriormente, los sótanos de la casa se convirtieron en un lugar donde los estudiantes de la Universidad pagaban las penas impuestas por el Maestre-Escuela.

Sobre el dintel de la puerta aparece el escudo de los Maldonado coronado por un cetro. Según la leyenda las lises fueron conseguidas por Aldana, un antepasado de los Maldonado, tras vencer en duelo al Duque de Normandía. El Rey de Francia, para evitar la muerte de su hijo "maldonó" las lises a los Aldana, que a partir de ese momento pasarían a llamarse Maldonado.
También hay una leyenda en la que se cuenta que bajo una de las conchas de su fachada se encuentra una onza de oro, lo que no tendría nada de raro, puesto que era costumbre en la construcción poner alguna moneda de oro en los cimientos, para atraer la buena suerte sobre el edificio; pudo poner bajo una concha.
En el verano de 2009 se desprendió una concha de la fachada. Se realizará un estudio del estado de conservación de la fachada durante los meses de septiembre-octubre de 2010.
Luego nos fuimos en dirección a la plaza Mayor, aquí les dije a los niños reiteradas veces, que fue donde Marta se tomó un potito, y al lado había unas niñas que se reían de lo pequeña que era y graciosa. Decir que apenas sabía andar.
La Plaza Mayor es un espacio urbano construido como plaza mayor castellana que con el tiempo se ha convertido en el centro de la vida social de la ciuda. Fue construida en el periodo que va desde desde el año 1729 al 1756, en estilo barroco.
El diseño es del arquitecto Alberto Churriguera (pabellones Real y de San Martín) y posteriormente continuada por otros con pocas modificaciones respecto al proyecto inicial.1 A comienzos del siglo XIX sufrió diversas remodelaciones urbanísticas, hasta que poco a poco a mediados del siglo XX fue desprovista de sus jardines, quiosco de música central y urinarios públicos para quedar diáfana. Fue declarada BIC con categoría de Monumento el 21 de diciembre de 1973, publicándose en el BOE el 23 de enero de 1974

Nació como un espacio en el que se comerciaba de forma natural, junto a la antigua Puerta del Sol de la muralla salmantina y, por encontrarse allí la iglesia de San Martín, fue conocida desde el siglo XV como Plaza de San Martín. Por entonces era mucho más grande, casi cuatro veces más y se extendía no solamente por la actual plaza, sino que comprendía la plaza del mercado, la del Corrillo y la del Poeta Iglesias, siendo considerada como "La plaza más grande de la cristiandad", en la cual se realizaban simultáneamente todas las funciones de una plaza (fiestas, mercado, etc.).

La idea de sus construcción proviene del empeño administrativo del corregidor andaluz Rodrigo Caballero que a su edad de sesenta años logra convencer al Ayuntamiento de la necesidad de una plaza más armónica y acorde con las corrientes urbanísticas de la época. En 1724 se segrega la plaza actual y se comienza a construir una plaza al estilo de la de Madrid, por el arquitecto Alberto de Churriguera, trasladándose a ella el Ayuntamiento (las Casas Consistoriales) lo que le da el rango de Plaza Mayor. Muerto Churriguera, termina la obra Andrés García de Quiñones (1755). Desde el punto de vista estético, la de Salamanca mejora claramente su modelo, no solamente por el material empleado (piedra franca de Villamayor con su color dorado característico), sino por sus proporciones, mucho más armoniosas. Se edifican los pabellones siguiendo tres fases constructivas bien diferenciadas a lo largo de un cuarto de siglo. La primera fase que aborda en sucesión dos pabellones: El Real y el de San Martín (durante el periodo: 1729-1735), el segundo periodo de quince años de interrupción de la obra debido a los litigios acaecidos entre los dueños de las casas y del Ayuntamiento en la construcción del Pabellón de Petrineros y del Consistorial (durante el periodo: 1735-1750). Una tercera fase de construcción de la Casa Consistorial y su fachada (1750-1756) a cargo del arquitecto gallego Juan García Berruguilla. Se completó el cierre de la Plaza el 29 de abril de 1755. La Casa Consitorial quedó arquitectónicamente incompleta, siendo construida posteriormente la espadaña de su fachada un siglo después (en 1852). Tras su ejecución y cierre, el 29 de abril de 1755.

El ala este, en cuyo centro está el Pabellón Real, fue la primera que se construyó, ya que servía como muro de contención para hacer horizontal el suelo de la nueva plaza. Esta ala muestra entre sus arcos medallones con el busto de algunos reyes de España. En las otras alas, los medallones representan a otros personajes ilustres (santos, sabios, descubridores, etc).

En 1935, fue declarado Monumento Nacional, por ser la Plaza Mayor "más decorada, proporcionada y armónica de todas las de su época".
El aspecto actual, en lo que se refiere al pavimento (baldosas de granito gris, con marcas de granito rosa), se hizo hacia 1953 con granitos procedentes de las canteras de Carbellino. Hasta entonces tenía un jardín central, con árboles, arriates de flor y un quiosco de música en su centro. Una calle adoquinada lo contorneaba.

Hoy es el centro de la vida de la ciudad y un punto de encuentro habitual de los habitantes. Nos encanta, parece el salón de tu casa, es como si sus piedras te radiaran sensaciones agradables. Siempre hay gente, te la encuentras o sentada en el suelo o paseando o en la terraza de alguno de los innumerables bares y terrazas. Aquí está la cafetería más antigua de la ciudad, el centenario Café literario Novelty (1905), que al estilo del Café Gijón en Madrid, ha sido punto de encuentro habitual de los literatos y artistas de la ciudad, entre ellos el más destacado es Miguel de Unamuno que decía que la Plaza Mayor es:
un cuadrilátero, irregular, pero asombrosamente armónico

Como curiosidad deciros que las Casas Consistoriales nunca se terminaron: faltan dos torres sobre las alas laterales, que el arquitecto (Andrés García de Quiñones) no se atrevió a construir por considerar que la obra en la que debían apoyarse no reunía condiciones para resistir el peso, pero se conserva la maqueta de 1745. El proyecto de las torres se utilizó por su autor para concluir las torres de La Clerecia.

En el arco de mayor alzada de la zona del Pabellón Real, junto a la salida el Mercado, aparece una inscripción que recuerda: «Aquí se mató una muger, rueguen a Dios por ella» (sic).
Hoy el sol aprieta por lo que la gente busca las sobras de los soportales.
Nuestro siguiente destino es el Colegio Arzobispo Fonseca que fue él, el primero en construir un edificio destinado a Hospedería que era independiente al Colegio pero adosado a él. Estaba destinado a albergar colegiales "huéspedes" cuando habían concluido sus estudios, mientras esperaban un destino ventajoso en la Administración del Estado o de la Iglesia. El edificio inicial era de planta rectangular y fue sustituido por un edificio posterior en el siglo XVII, tiene planta rectangular edificadas en dos alturas en torno a un patio o claustro con arquerías de medio punto sobre las pilastras toscanas únicamente en el primer piso y sólo con tres de sus lados, mientras que el segundo piso se abre con ventanas rectangulares con orejeras. Ese día estaba lleno de sillas ya que se celebraba un acto cultural.

Fue sede del Colegio de Cuenca. En 1822 fue hospicio y casa de socorro. En 1827 se arrendó el edificio a los nobles irlandeses junto con el Colegio hasta 1936. En 1903 se destina el edificio a albergar la Facultad de Medicina hasta 1988 que se traslada ésta al Campus Miguel de Unamuno. Hasta convertirse en el edificio multiusos que es hoy en día, sus espacios se destinaron para diversos cursos de la Facultad de Derecho.

Al marchar nos llamó la atención una placa que estaba a dos metros del suelo, en la fachada, que hace referencia a la altura que se encuentra este lugar con respecto a la ciudad de Alicante.

Se nos acerca la hora de comer y decidimos volver en dirección a nuestro nuevo destino que no es otro que las Catedrales (porque son dos).
Encontramos un super, muy cerca y compramos pan, agua y un lomo de Salamanca (a 15,90 €/kg)para comer escogimos el mejor sitio de la ciudad, con vistas, con sombra, con sitio para sentarse y cerca de la catedral. Seguro que todos habéis adivinado:
El Huerto de Calixto y Melibea.

Para empezar un poco de historia. ¿Quién no ha escuchado hablar del amor de Calixto y Melibea? Hoy no se duda de su autoría, pero sorprende que con apenas 25 años, este bachiller que estudia leyes en Salamanca de origen judio en escribiera una de las mejores obras literarias, “Comedia de Calixto y Melibea” aunque en ediciones posteriores fue variando su nombre como “Tragicomedia de Calixto y Melibea” e incluso “El libro de Calixto y Melibea y de la puta vieja Celestina” y por último “La Celestina” ya que el personaje de aquella vieja alcahueta tomó el protagonismo de una historia de amor con un final trágico.
Rojas, murio en Talavera de la Reina, donde está enterrado y sorprende que en su extensa biblioteca, sólo hubiera un ejemplar de la novela. Por cierto algunos dicen que llegó a ser Alcalde.

El huerto donde los enamorados se daban cita por medio de la Celestina y que ocultaba sus amoríos y desventuras, bien podía ser este que está situado sobre la antigua muralla de Salamanca, observado por el Tormes y las catedrales, fieles y silenciosos visionarios del amor.
Nada más cruzar el arco de entrada, el huerto te transporta a la época Medieval, su pozo donde pides deseos de amor eterno, sus recónditas estancias portadoras de intimidad y silencio, todo tipo de plantas, árboles y arbustos, hacen retroceder el reloj de la historia a tiempos lejanos pero eternamente presentes en Salamanca.

La mezcla de romanticismo, amor, naturaleza, el encontrarse apartado del transito diario y las bellas puestas de sol hacen del huerto de Calixto y Melibea un lugar inolvidable. Aquí comimos todos los días al mediodia, era una cita obligada. Como podéis ver en las fotos, hay mucha sombra y tranquilidad, pese a que había gente. Además con tanto árbol frutal, el postre lo teníamos asegurado, fijaros que ciruelas más ricas había.

Al salir del huerto, hay un alberque que parecía tener muy poco movimiento y te encontrabas subiendo por la calle Arcediano, el Patio Chico, que se encuentra en la parte trasera de la Catedral Nueva y dice la gente que el el rincón con más encanto de la ciudad y uno de los lugares más bellos de la ciudad, un rincón que es un deleite para los visitantes y turistas que llegan a él para admirar la Catedral Nueva por delante y la paz y tranquilidad que produce la Catedral Vieja a la izquierda.

Hace bastante calor y ya que teníamos decidido ir a la Universidad, descubrimos que atravesando la Catedral, tienes unos momentos frescos en un edificio impresionante y que en línea recta te lleva a la Plaza de Anaya, a un poso de la "ranita"
Les habíamos dicho a los niños que en la pared, encima de una calavera, había una rana, lo que nos sirvió para que la tarde tuviera algún entretenimiento. Ya sabéis con niños debe haber un poco de trabajo y un poco de diversión.
Descubrimos que los lunes se entra gratis en el edificio, por lo que a buscar la rana como todo el mundo... es un poco estúpido, ya que tú la buscas pero tienes siempre un listillo que se encarga de gritar a todos donde está...además parece que todo el mundo mira para el primer piso en su lado derecho, donde hay tres calaberas...uyuyuyuy... perdón...querían descubrirla ustedes...¡¡mala suerte¡¡

Incluso al final nos vino una señora venezolana que no la encontraba, ni con los gritos del respetable... lo curioso es que decía que la calavera del al lado, decían algunos que tenía una salamandra...¡¡¡señor, qué imaginación¡¡¡ juzquen ustedes... nosotros no vimos na... de na...

Nos fuimos en dirección a la Plaza de la Agustinas, para ver la iglesia de la Purísima donde había un tio super borde, que nos dejó entrar por los pelos, pero a la 12:53 mandó a la peña a tomar el sol (cerraba a las 13:00 horas)
El Convento de las Agustinas y la Iglesia de la Purísima forman un conjunto conventual de clausura situado en el centro histórico. Fue declarado Monumento Nacional por Decreto de 15 de abril de 1935
La fundación del convento se debe a Manuel de Zúñiga y Fonseca, Conde de Monterrey, en 1636 para albergar a su hija, Inés Francisca de la Visitación, que fue priora del mismo. Las obras finalizaron en 1687. El Convento se sitúa frente al Palacio de Monterrey, residencia del mecenas.
La Iglesia de la Purísima, parte pública del convento, fue pensada por el conde como capilla funeraria para sí y su familia.
Con planta de cruz latina, de una nave y con capillas a los lados, la iglesia se inició en 1636 según trazas de Bartolomeo Picchiatti, mientras que de los cinco retablos, el púlpito, las tumbas y las puertas de entrada fueron diseñadas por Cosimo Fanzago (1593-1678), dándole un marcado carácter italiano a la construcción.
En la fachada de la iglesia llama la atención su pórtico, con 33 metros de longitud y tres cuerpos separados. En su interior, destaca el Retablo Mayor en mármol, con un importante cuadro de la Inmaculada Concepción, obra de José de Ribera (1635) y modelo para gran parte de los pintores del Siglo de Oro.

En 1657 la cúpula original se desplomó y fue reconstruida en 1675 siguiendo un proyecto del agustino Fray Lorenzo de San Nicolás.

Vimos el palacio de Monterrey por fuera, ya que no está abierto al público, es uno de los máximos exponentes del estilo artístico plateresco en España. Edificado por el III conde de Monterrey, actualmente es propiedad de la Casa de Alba, que es titular de dicho condado. Fue un edificio muy admirado e imitado en el siglo XIX, dando lugar al llamado estilo Monterrey, un historicismo que retomaba la estética del Plateresco.
Fue declarado Monumento Nacional, equivalente al actual término BIC con categoría de Monumento, el 6 de mayo de 1929.
El Palacio de Monterrey, lo hizo edificar -en estilo del renacimiento italiano- don Alonso de Zúñiga y Acevedo, III conde de Monterrey. Rodrigo Gil de Hontañón y Fray Martín de Santiago esbozaron los planos del palacio, y Pedro de Ibarra y Pedro de Miguel y Aguirre empezaron la construcción el 18 de enero de 1539. Desde entonces se convertiría en una de las obras más representativas del renacimiento español, si bien es un edificio inacabado pues su proyecto completo era mucho mayor. Su imagen (con torres y decoración suntuosa) simboliza la gran nobleza del Siglo de Oro español.

El proyecto preveía un edificio de planta cuadrangular y un patio central, con torres en cada esquina y en el centro de cada ala. Al cabo no se construyó más que una de las alas, la del sur. En las esquinas, leones y animales oníricos sostienen escudos con las armas de los Zúñiga, Acevedo, Ulloa y Fonseca.
Siendo una de las propiedades principales de la Casa de Alba, este edificio alberga valiosas obras de arte. En él se identificaron dos cuadros de paisaje como originales del pintor valenciano José de Ribera; están fechados en 1639 y son los únicos ejemplos de paisaje independiente de toda su producción. También se hallan aquí el cuadro Jasón con el dragón, de Salvatore Rosa, y otra obra atribuida a Annibale Carracci. De todas formas, el grueso de las colecciones ducales se custodia en el Palacio de Liria de Madrid.

El Palacio de Monterrey ha influido notablemente en múltiples edificios españoles de los siglos XIX y XX, como las torres del Palacio de la Diputación de Palencia, obra de Jerónimo Arroyo de 1916.
¿Quién quiere merendar?¿Os apetece un pastel?...
Pues no vamos al convento de Las Dueñas, que está enfrente de nuestra próxima visita. En el convento hay unas monjitas que parecen mercaderes, sólo piensan en vender unas pastas que saben a Dios (con perdón).

Este convento de Santa María, más conocido por Las Dueñas, fue fundado en 1419 por Juana Rodríguez Maldonado, esposa de Fernando Alfonso de Olivera, en las casas donde habitaba, que había mandado construir su primer marido, Juan Sánchez de Sevilla, quien, desde 1390, desempeñó el oficio de contador mayor de Castilla. La intención de la fundadora fue la creación de un beaterio en el que pudieran retirarse nobles señoras, por lo que recibió del pueblo salmantino el sobrenombre de Convento de Las Dueñas, lo que parece muy apropiado.
Autorizada la donación a finales del año 1419, pronto fueron habitadas por religiosas dominicas las dependencias del palacio de fines del siglo XIV, de las que se conservan algunos restos, como un arco de herradura apuntado en el claustro superior, en ladrillo, con alfiz y en las albanegas azulejos negros y verdes entre piezas blancas. El dormitorio del noviciado debió de ser la cámara principal de la casa, con planta cuadrada y pavimento de azulejo, con dos puertas de yesería.

En 1533 se construyó el templo y el claustro, construcciones que se superpusieron a lo ya edificado. Al final nos llevamos dulces para casa, pero pocos ya que por mala suerte no pudimos volver. Escogimos Almendrados y Mantecados.
Decidimos volver al Camping para ir a la piscina ya que el tiempo invitaba a darnos un chapuzón.Al final nos dio tiempo para darnos un baño fresquito y estupendo, tomar el sol en una de las muchas tumbonas que había. En total una hora y media de relax. Luego toco una ducha calentita y arreglarnos para ir a cenar a Salamanca.
Llegamos después de aparcar en el mismo sitio. Dimos una vuelta por la Plaza Mayor, que ahora sí tenía mucha gente y ambiente. Está preciosa.

Para tomar los pinchos nos recomendaron ir por la Calle Zamora a la zona de Van Dick, que es la zona típica de tapeo de los salmantinos. Allí dimos una visual por las calles y luego tomamos en el primer sitio cañas y zumos para los niños. El pincho fue morcilla con queso y gambas con pulpo. Los niños tortilla rellena de jamón y queso. Luego otra ronda de cervezas con tapa de queso curado. Todos unos 10 euros. En el siguiente tomamos caña, pincho moruno (3), un pincho de morcilla y otro del especial de la casa, todo muy rico, unos 9 euros.
Vuelta a la plaza Mayor, los niños tomaron un helado de leche merengada y nosotros una caña gigante (entre 0,50 y un litro) sentados en el suelo de la plaza. Recuerdo que la piedra estaba caliente. La plaza está preciosa, la iluminación le queda muy bien. Es muy bonita, hay mucha gente y el ambiente es fenomenal. La temperatura agradable.
Sobre las 12:30 volvemos al camping y nos acostamos, depués de tomar un chupito, LM y demás... a la 1:30 o 2:00... sin comentario.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

PRIMER DÍA, VIERNES 22 DE JULIO DE 2011


Aprovechando que es festivo el lunes, decidimos hacer una excursión a una ciudad que le teníamos muchas ganas y que hacía más de ocho años que no íbamos. Por lo que como es costumbre, Inma nos tenía todo preparado, yo salí de trabajar a las 15:00 y a las 15:30 ya teníamos la caravana enganchada y estábamos saliendo por la puerta.
Nos marchamos buscando el sol y el calor que por cierto no se anunciaba para A Coruña, estos días. Deciros que hasta la fecha el verano brilla por su ausencia, hace tan mal tiempo que ni a la piscina vamos. Calculamos llegar en cinco horas, tenemos por delante 500 kilómetros, todos de autovía. Sobre las 17:30 pasamos por las Médulas, llegando a Ponferrada. Hace sol y viento.

Sin novedad a las 21:15 llegamos al Camping de Regio, segunda categoría, parece tranquilo y medio vacio. Nos costó un poco encontrarlo ya que se encuentra al sur de la ciudad. Está situado en Sta. Marta de Tormes.
Nos instalamos y escogimos la parcela 7. No hicimos mucho, ya que llevamos poca ropa y llevamos el avance de verano. Dimos una vuelta al camping. Los baños muy amplios y limpios. Tiene dos piscinas, para mayores con dos alturas y una para pequeños. La comparten con el Hotel que está pegado. Antes se pagaba pero ahora, entras gratis. Para no complicarnos cenamos todos perritos calientes, se fueron para cama los niños y nosotros nos tomamos un chupito. La noche pese al calor que hace por la mañana refresca bastante.
Bueno a dormir que mañana tenemos un día intenso.