Nos levantamos sobre las 8:30, fuimos a comprar el pan al super y desayunamos delante de la caravana al sol. Ya os dije que por la noche refresca y es un poco temprano, por lo que tampoco es que haga mucho calor. Duchas y camino a Salamanca.
En el camping había una caravana pequeña de un matrimonio mayor de suizos, que tenían una caravana muy bonita.

Son las 10:00, fuimos en coche ya que el camping está a 4 km de la ciudad. Aparcamos en la glorieta de Brujas, casi al lado del huerto de Calixto y Melibea. Al final resultó un sitio fenomeno y repetimos todos los días, y a 600 metros del centro.
Subimos paralelos a las antiguas murallas de la ciudad, en dirección al centro.

Por la calle Palomino se llega directamente a la casa de las Conchas y a nuestra primera parada que es como siempre la oficina de turismo.

Con un mapa de la ciudad, la hemos dividido en varias zonas. Habíamos cogido en la biblioteca varias guias, por lo que la visita la teníamos preparada. Para el viaje nos hemos traido una, os recomiendo la visita a la biblioteca, donde podéis encontrar siempre una guia y además permite viajar con ella.

Nuestra primera visita es
La Casa de las Conchas de Salamanca es un edificio de estilo gótico y elementos platerescos.
Su construcción se inicia en 1493. En el interior destacan el patio con arcos mixtilíneos, la escalera y el artesonado.

El estilo gótico tardío se combina con los nuevos aires del plateresco renacentista. Comienza a construirse hacia 1493 y su edificación concluyó en 1517. Hacia 1701 la casa se repara y amplía, apareciendo la fachada que da hacia la Rúa. Fue después cárcel del estudio, es decir, cárcel de la Universidad. En 1929 se declara Monumento Nacional. En 1967 es cedida al Ayuntamiento de Salamanca, mediante un contrato de arrendamiento por un valor simbólico de una peseta anual durante noventa y nueve años. En 1970 el Ministerio de Cultura se subroga al acuerdo y sigue con el arrendamiento. Desde 1993 y tras una larga restauración, alberga en su interior una Biblioteca Pública del Estado. En 1997 su propietario, el Conde de Santa Coloma, la entrega a la Junta de Andalucía como pago de impuestos. En 2005 la Junta de Andalucía la permuta por otro edificio con el Estado, su actual propietario.

Su visita es gratis y lo que más llama la atención y genera más controversia es el porqué de la elección de las conchas como elemento ornamental. Algunos autores lo ven como una muestra de orgullo de los Maldonado por pertenecer a la orden de Santiago, aunque como aperece la cruz de Santiago en otros lugares de la fachada, quizás sería demasiado reiterativo tantos elementos haciendo referencia a la Orden. Otros autores señalan que la repetición de las conchas, símbolo nobiliario de los Pimentel, fue una muestra del amor que sentía Don Rodrigo Arias, hijo de Rodrigo Maldonado, por su esposa Doña Juana. Sí que es muy probable que fueran un añadido posterior, hecho durante la reforma decorativa que llevó a cabo Rodrigo Arias en el siglo XVI, ya que no se encuentran talladas en los sillares, sino que se adosan al muro mediante ganchos de hierro.

Posteriormente, los sótanos de la casa se convirtieron en un lugar donde los estudiantes de la Universidad pagaban las penas impuestas por el Maestre-Escuela.
Sobre el dintel de la puerta aparece el escudo de los Maldonado coronado por un cetro. Según la leyenda las lises fueron conseguidas por Aldana, un antepasado de los Maldonado, tras vencer en duelo al Duque de Normandía. El Rey de Francia, para evitar la muerte de su hijo "maldonó" las lises a los Aldana, que a partir de ese momento pasarían a llamarse Maldonado.
También hay una leyenda en la que se cuenta que bajo una de las conchas de su fachada se encuentra una onza de oro, lo que no tendría nada de raro, puesto que era costumbre en la construcción poner alguna moneda de oro en los cimientos, para atraer la buena suerte sobre el edificio; pudo poner bajo una concha.
En el verano de 2009 se desprendió una concha de la fachada. Se realizará un estudio del estado de conservación de la fachada durante los meses de septiembre-octubre de 2010.
Luego nos fuimos en dirección a la plaza Mayor, aquí les dije a los niños reiteradas veces, que fue donde Marta se tomó un potito, y al lado había unas niñas que se reían de lo pequeña que era y graciosa. Decir que apenas sabía andar.
La Plaza Mayor es un espacio urbano construido como plaza mayor castellana que con el tiempo se ha convertido en el centro de la vida social de la ciuda. Fue construida en el periodo que va desde desde el año 1729 al 1756, en estilo barroco.
El diseño es del arquitecto Alberto Churriguera (pabellones Real y de San Martín) y posteriormente continuada por otros con pocas modificaciones respecto al proyecto inicial.1 A comienzos del siglo XIX sufrió diversas remodelaciones urbanísticas, hasta que poco a poco a mediados del siglo XX fue desprovista de sus jardines, quiosco de música central y urinarios públicos para quedar diáfana. Fue declarada BIC con categoría de Monumento el 21 de diciembre de 1973, publicándose en el BOE el 23 de enero de 1974

Nació como un espacio en el que se comerciaba de forma natural, junto a la antigua Puerta del Sol de la muralla salmantina y, por encontrarse allí la iglesia de San Martín, fue conocida desde el siglo XV como Plaza de San Martín. Por entonces era mucho más grande, casi cuatro veces más y se extendía no solamente por la actual plaza, sino que comprendía la plaza del mercado, la del Corrillo y la del Poeta Iglesias, siendo considerada como "La plaza más grande de la cristiandad", en la cual se realizaban simultáneamente todas las funciones de una plaza (fiestas, mercado, etc.).
La idea de sus construcción proviene del empeño administrativo del corregidor andaluz Rodrigo Caballero que a su edad de sesenta años logra convencer al Ayuntamiento de la necesidad de una plaza más armónica y acorde con las corrientes urbanísticas de la época. En 1724 se segrega la plaza actual y se comienza a construir una plaza al estilo de la de Madrid, por el arquitecto Alberto de Churriguera, trasladándose a ella el Ayuntamiento (las Casas Consistoriales) lo que le da el rango de Plaza Mayor. Muerto Churriguera, termina la obra Andrés García de Quiñones (1755). Desde el punto de vista estético, la de Salamanca mejora claramente su modelo, no solamente por el material empleado (piedra franca de Villamayor con su color dorado característico), sino por sus proporciones, mucho más armoniosas. Se edifican los pabellones siguiendo tres fases constructivas bien diferenciadas a lo largo de un cuarto de siglo. La primera fase que aborda en sucesión dos pabellones: El Real y el de San Martín (durante el periodo: 1729-1735), el segundo periodo de quince años de interrupción de la obra debido a los litigios acaecidos entre los dueños de las casas y del Ayuntamiento en la construcción del Pabellón de Petrineros y del Consistorial (durante el periodo: 1735-1750). Una tercera fase de construcción de la Casa Consistorial y su fachada (1750-1756) a cargo del arquitecto gallego Juan García Berruguilla. Se completó el cierre de la Plaza el 29 de abril de 1755. La Casa Consitorial quedó arquitectónicamente incompleta, siendo construida posteriormente la espadaña de su fachada un siglo después (en 1852). Tras su ejecución y cierre, el 29 de abril de 1755.
El ala este, en cuyo centro está el Pabellón Real, fue la primera que se construyó, ya que servía como muro de contención para hacer horizontal el suelo de la nueva plaza. Esta ala muestra entre sus arcos medallones con el busto de algunos reyes de España. En las otras alas, los medallones representan a otros personajes ilustres (santos, sabios, descubridores, etc).
En 1935, fue declarado Monumento Nacional, por ser la Plaza Mayor "más decorada, proporcionada y armónica de todas las de su época".
El aspecto actual, en lo que se refiere al pavimento (baldosas de granito gris, con marcas de granito rosa), se hizo hacia 1953 con granitos procedentes de las canteras de Carbellino. Hasta entonces tenía un jardín central, con árboles, arriates de flor y un quiosco de música en su centro. Una calle adoquinada lo contorneaba.
Hoy es el centro de la vida de la ciudad y un punto de encuentro habitual de los habitantes. Nos encanta, parece el salón de tu casa, es como si sus piedras te radiaran sensaciones agradables. Siempre hay gente, te la encuentras o sentada en el suelo o paseando o en la terraza de alguno de los innumerables bares y terrazas. Aquí está la cafetería más antigua de la ciudad, el centenario Café literario Novelty (1905), que al estilo del Café Gijón en Madrid, ha sido punto de encuentro habitual de los literatos y artistas de la ciudad, entre ellos el más destacado es Miguel de Unamuno que decía que la Plaza Mayor es:
un cuadrilátero, irregular, pero asombrosamente armónico
Como curiosidad deciros que las Casas Consistoriales nunca se terminaron: faltan dos torres sobre las alas laterales, que el arquitecto (Andrés García de Quiñones) no se atrevió a construir por considerar que la obra en la que debían apoyarse no reunía condiciones para resistir el peso, pero se conserva la maqueta de 1745. El proyecto de las torres se utilizó por su autor para concluir las torres de La Clerecia.

En el arco de mayor alzada de la zona del Pabellón Real, junto a la salida el Mercado, aparece una inscripción que recuerda: «Aquí se mató una muger, rueguen a Dios por ella» (sic).
Hoy el sol aprieta por lo que la gente busca las sobras de los soportales.
Nuestro siguiente destino es el Colegio Arzobispo Fonseca que fue él, el primero en construir un edificio destinado a Hospedería que era independiente al Colegio pero adosado a él. Estaba destinado a albergar colegiales "huéspedes" cuando habían concluido sus estudios, mientras esperaban un destino ventajoso en la Administración del Estado o de la Iglesia. El edificio inicial era de planta rectangular y fue sustituido por un edificio posterior en el siglo XVII, tiene planta rectangular edificadas en dos alturas en torno a un patio o claustro con arquerías de medio punto sobre las pilastras toscanas únicamente en el primer piso y sólo con tres de sus lados, mientras que el segundo piso se abre con ventanas rectangulares con orejeras. Ese día estaba lleno de sillas ya que se celebraba un acto cultural.

Fue sede del Colegio de Cuenca. En 1822 fue hospicio y casa de socorro. En 1827 se arrendó el edificio a los nobles irlandeses junto con el Colegio hasta 1936. En 1903 se destina el edificio a albergar la Facultad de Medicina hasta 1988 que se traslada ésta al Campus Miguel de Unamuno. Hasta convertirse en el edificio multiusos que es hoy en día, sus espacios se destinaron para diversos cursos de la Facultad de Derecho.
Al marchar nos llamó la atención una placa que estaba a dos metros del suelo, en la fachada, que hace referencia a la altura que se encuentra este lugar con respecto a la ciudad de Alicante.

Se nos acerca la hora de comer y decidimos volver en dirección a nuestro nuevo destino que no es otro que las Catedrales (porque son dos).
Encontramos un super, muy cerca y compramos pan, agua y un lomo de Salamanca (a 15,90 €/kg)para comer escogimos el mejor sitio de la ciudad, con vistas, con sombra, con sitio para sentarse y cerca de la catedral. Seguro que todos habéis adivinado:
El Huerto de Calixto y Melibea.

Para empezar un poco de historia. ¿Quién no ha escuchado hablar del amor de Calixto y Melibea? Hoy no se duda de su autoría, pero sorprende que con apenas 25 años, este bachiller que estudia leyes en Salamanca de origen judio en escribiera una de las mejores obras literarias, “Comedia de Calixto y Melibea” aunque en ediciones posteriores fue variando su nombre como “Tragicomedia de Calixto y Melibea” e incluso “El libro de Calixto y Melibea y de la puta vieja Celestina” y por último “La Celestina” ya que el personaje de aquella vieja alcahueta tomó el protagonismo de una historia de amor con un final trágico.
Rojas, murio en Talavera de la Reina, donde está enterrado y sorprende que en su extensa biblioteca, sólo hubiera un ejemplar de la novela. Por cierto algunos dicen que llegó a ser Alcalde.

El huerto donde los enamorados se daban cita por medio de la Celestina y que ocultaba sus amoríos y desventuras, bien podía ser este que está situado sobre la antigua muralla de Salamanca, observado por el Tormes y las catedrales, fieles y silenciosos visionarios del amor.
Nada más cruzar el arco de entrada, el huerto te transporta a la época Medieval, su pozo donde pides deseos de amor eterno, sus recónditas estancias portadoras de intimidad y silencio, todo tipo de plantas, árboles y arbustos, hacen retroceder el reloj de la historia a tiempos lejanos pero eternamente presentes en Salamanca.

La mezcla de romanticismo, amor, naturaleza, el encontrarse apartado del transito diario y las bellas puestas de sol hacen del huerto de Calixto y Melibea un lugar inolvidable. Aquí comimos todos los días al mediodia, era una cita obligada. Como podéis ver en las fotos, hay mucha sombra y tranquilidad, pese a que había gente. Además con tanto árbol frutal, el postre lo teníamos asegurado, fijaros que ciruelas más ricas había.

Al salir del huerto, hay un alberque que parecía tener muy poco movimiento y te encontrabas subiendo por la calle Arcediano, el Patio Chico, que se encuentra en la parte trasera de la Catedral Nueva y dice la gente que el el rincón con más encanto de la ciudad y uno de los lugares más bellos de la ciudad, un rincón que es un deleite para los visitantes y turistas que llegan a él para admirar la Catedral Nueva por delante y la paz y tranquilidad que produce la Catedral Vieja a la izquierda.

Hace bastante calor y ya que teníamos decidido ir a la Universidad, descubrimos que atravesando la Catedral, tienes unos momentos frescos en un edificio impresionante y que en línea recta te lleva a la Plaza de Anaya, a un poso de la "ranita"
Les habíamos dicho a los niños que en la pared, encima de una calavera, había una rana, lo que nos sirvió para que la tarde tuviera algún entretenimiento. Ya sabéis con niños debe haber un poco de trabajo y un poco de diversión.
Descubrimos que los lunes se entra gratis en el edificio, por lo que a buscar la rana como todo el mundo... es un poco estúpido, ya que tú la buscas pero tienes siempre un listillo que se encarga de gritar a todos donde está...además parece que todo el mundo mira para el primer piso en su lado derecho, donde hay tres calaberas...uyuyuyuy... perdón...querían descubrirla ustedes...¡¡mala suerte¡¡

Incluso al final nos vino una señora venezolana que no la encontraba, ni con los gritos del respetable... lo curioso es que decía que la calavera del al lado, decían algunos que tenía una salamandra...¡¡¡señor, qué imaginación¡¡¡ juzquen ustedes... nosotros no vimos na... de na...

Nos fuimos en dirección a la Plaza de la Agustinas, para ver la iglesia de la Purísima donde había un tio super borde, que nos dejó entrar por los pelos, pero a la 12:53 mandó a la peña a tomar el sol (cerraba a las 13:00 horas)
El Convento de las Agustinas y la Iglesia de la Purísima forman un conjunto conventual de clausura situado en el centro histórico. Fue declarado Monumento Nacional por Decreto de 15 de abril de 1935
La fundación del convento se debe a Manuel de Zúñiga y Fonseca, Conde de Monterrey, en 1636 para albergar a su hija, Inés Francisca de la Visitación, que fue priora del mismo. Las obras finalizaron en 1687. El Convento se sitúa frente al Palacio de Monterrey, residencia del mecenas.
La Iglesia de la Purísima, parte pública del convento, fue pensada por el conde como capilla funeraria para sí y su familia.
Con planta de cruz latina, de una nave y con capillas a los lados, la iglesia se inició en 1636 según trazas de Bartolomeo Picchiatti, mientras que de los cinco retablos, el púlpito, las tumbas y las puertas de entrada fueron diseñadas por Cosimo Fanzago (1593-1678), dándole un marcado carácter italiano a la construcción.
En la fachada de la iglesia llama la atención su pórtico, con 33 metros de longitud y tres cuerpos separados. En su interior, destaca el Retablo Mayor en mármol, con un importante cuadro de la Inmaculada Concepción, obra de José de Ribera (1635) y modelo para gran parte de los pintores del Siglo de Oro.

En 1657 la cúpula original se desplomó y fue reconstruida en 1675 siguiendo un proyecto del agustino Fray Lorenzo de San Nicolás.

Vimos el palacio de Monterrey por fuera, ya que no está abierto al público, es uno de los máximos exponentes del estilo artístico plateresco en España. Edificado por el III conde de Monterrey, actualmente es propiedad de la Casa de Alba, que es titular de dicho condado. Fue un edificio muy admirado e imitado en el siglo XIX, dando lugar al llamado estilo Monterrey, un historicismo que retomaba la estética del Plateresco.
Fue declarado Monumento Nacional, equivalente al actual término BIC con categoría de Monumento, el 6 de mayo de 1929.
El Palacio de Monterrey, lo hizo edificar -en estilo del renacimiento italiano- don Alonso de Zúñiga y Acevedo, III conde de Monterrey. Rodrigo Gil de Hontañón y Fray Martín de Santiago esbozaron los planos del palacio, y Pedro de Ibarra y Pedro de Miguel y Aguirre empezaron la construcción el 18 de enero de 1539. Desde entonces se convertiría en una de las obras más representativas del renacimiento español, si bien es un edificio inacabado pues su proyecto completo era mucho mayor. Su imagen (con torres y decoración suntuosa) simboliza la gran nobleza del Siglo de Oro español.
El proyecto preveía un edificio de planta cuadrangular y un patio central, con torres en cada esquina y en el centro de cada ala. Al cabo no se construyó más que una de las alas, la del sur. En las esquinas, leones y animales oníricos sostienen escudos con las armas de los Zúñiga, Acevedo, Ulloa y Fonseca.
Siendo una de las propiedades principales de la Casa de Alba, este edificio alberga valiosas obras de arte. En él se identificaron dos cuadros de paisaje como originales del pintor valenciano José de Ribera; están fechados en 1639 y son los únicos ejemplos de paisaje independiente de toda su producción. También se hallan aquí el cuadro Jasón con el dragón, de Salvatore Rosa, y otra obra atribuida a Annibale Carracci. De todas formas, el grueso de las colecciones ducales se custodia en el Palacio de Liria de Madrid.
El Palacio de Monterrey ha influido notablemente en múltiples edificios españoles de los siglos XIX y XX, como las torres del Palacio de la Diputación de Palencia, obra de Jerónimo Arroyo de 1916.
¿Quién quiere merendar?¿Os apetece un pastel?...
Pues no vamos al convento de Las Dueñas, que está enfrente de nuestra próxima visita. En el convento hay unas monjitas que parecen mercaderes, sólo piensan en vender unas pastas que saben a Dios (con perdón).

Este convento de Santa María, más conocido por Las Dueñas, fue fundado en 1419 por Juana Rodríguez Maldonado, esposa de Fernando Alfonso de Olivera, en las casas donde habitaba, que había mandado construir su primer marido, Juan Sánchez de Sevilla, quien, desde 1390, desempeñó el oficio de contador mayor de Castilla. La intención de la fundadora fue la creación de un beaterio en el que pudieran retirarse nobles señoras, por lo que recibió del pueblo salmantino el sobrenombre de Convento de Las Dueñas, lo que parece muy apropiado.
Autorizada la donación a finales del año 1419, pronto fueron habitadas por religiosas dominicas las dependencias del palacio de fines del siglo XIV, de las que se conservan algunos restos, como un arco de herradura apuntado en el claustro superior, en ladrillo, con alfiz y en las albanegas azulejos negros y verdes entre piezas blancas. El dormitorio del noviciado debió de ser la cámara principal de la casa, con planta cuadrada y pavimento de azulejo, con dos puertas de yesería.
En 1533 se construyó el templo y el claustro, construcciones que se superpusieron a lo ya edificado. Al final nos llevamos dulces para casa, pero pocos ya que por mala suerte no pudimos volver. Escogimos Almendrados y Mantecados.
Decidimos volver al Camping para ir a la piscina ya que el tiempo invitaba a darnos un chapuzón.Al final nos dio tiempo para darnos un baño fresquito y estupendo, tomar el sol en una de las muchas tumbonas que había. En total una hora y media de relax. Luego toco una ducha calentita y arreglarnos para ir a cenar a Salamanca.
Llegamos después de aparcar en el mismo sitio. Dimos una vuelta por la Plaza Mayor, que ahora sí tenía mucha gente y ambiente. Está preciosa.

Para tomar los pinchos nos recomendaron ir por la Calle Zamora a la zona de Van Dick, que es la zona típica de tapeo de los salmantinos. Allí dimos una visual por las calles y luego tomamos en el primer sitio cañas y zumos para los niños. El pincho fue morcilla con queso y gambas con pulpo. Los niños tortilla rellena de jamón y queso. Luego otra ronda de cervezas con tapa de queso curado. Todos unos 10 euros. En el siguiente tomamos caña, pincho moruno (3), un pincho de morcilla y otro del especial de la casa, todo muy rico, unos 9 euros.
Vuelta a la plaza Mayor, los niños tomaron un helado de leche merengada y nosotros una caña gigante (entre 0,50 y un litro) sentados en el suelo de la plaza. Recuerdo que la piedra estaba caliente. La plaza está preciosa, la iluminación le queda muy bien. Es muy bonita, hay mucha gente y el ambiente es fenomenal. La temperatura agradable.
Sobre las 12:30 volvemos al camping y nos acostamos, depués de tomar un chupito, LM y demás... a la 1:30 o 2:00... sin comentario.